sábado, 22 de marzo de 2008

Onírica


Intenté ser estatua de ojos de piedra y mente fría, pero viertes agua caliente sobre mí y con cincel revives mi cuerpo. Sin ninguna compasión y como aquél creador pusiste en mi mente sólo tu imágen, la condena de sólo poderte recordar.

Intenté ser roble fijándome en su dureza, pero soplaste profundo ondeando el cabello y te mostré mi interior. Tras la dulce derrota recompusiste mi cuerpo mostrándome tus manos, la condena de tu tacto sobre mi.

Ahora en un último intento vuelvo a trepar por el muro sembrado de verde hiedra pero el recuerdo de lo anterior, una vez más, me hace resbalar y caigo aunque satisfecha en mis pensamientos que atrapan al igual que astuto ejército cuando el adversario se descuida en la noche alejándolo de la vida y sumiéndolo en el sueño. Te veo.

5 comentarios:

lupuscanis dijo...

Este post, es uno de los que más me ha gustado. Es cierto que uno quiere ser duro y frío, pero fracasamos, por desgracia, en algunas ocasiones y en otras no. UN saludo

lupuscanis dijo...

Ah, se me olvidaba, la imagen de la hiedra sobre la piedra me ha gustado siempre. Si en vez de hiedra es madreselva (en flor, como en el tango), mejor.

Penélope dijo...

A mí me gusta la hiedra por la facilidad que tiene de transmitir emociones pasadas y escenas así como evocar a otras épocas. El escapismo de la hiedra, salvaje y capaz de llegar hasta cualquier lugar.
En cuanto a lo de duro y frío sí, a veces nos lo planteamos, pero lo único que se consigue la mayoría de las veces es echar más de menos el olor de la otra persona y sólo encontrarte con una fría pared tal y como tú quisiste ser.

Un saludo

lupuscanis dijo...

Totalmente de acuerdo. Un saludo

Conde de Lautreamont dijo...

"Si a la región desierta, inhabitable
por el hervor del sol demasïado
y sequedad d’aquella arena ardiente,
o a la que por el hielo congelado
y rigurosa nieve es intratable,
del todo inhabitada de la gente,
por algún accidente
o caso de fortuna desastrada
me fuésedes llevada,
y supiese que allá vuestra dureza
estaba en su crüeza,
allá os iria a buscar como perdido,
hasta morir a vuestros pies tendido"

Me ha hecho recordar a Garcilaso de la Vega,estos deseos de estar inanimado...Que habría del ser humano sin los sentimientos, sin la pasión, sin los errores, en fin de nuestro aciertos emocionados.
Mis respetos.