jueves, 12 de febrero de 2009


Los muros comidos por el moho de las noches de lluvia dotaban de un olor extraño a la estancia, tan extraño como la añoranza por la Serenísima aún sin haberse alejado de sus aguas. El aire y el agua filtrada por entre las grietas era lo único que se me brindaba del exterior... :

Se secó la tinta con la frescura de la vida, con las bellas historias que vivimos. Se fueron con los dias que perdimos buscándonos a escondidas, pero se nos escondió la vida