sábado, 28 de junio de 2008

Morir








Aunque deje de sonar la música llorará el corazón, te sentiré aún más lejos, más imposible, más inevitable el amarte con todo el corazón, con toda el alma, con todas las vidas. Explotar y fulminarse en tu alfombra, cualquier lugar que tu pises como haces dulce con mi orgullo cada mañana. ¿ Por qué es el tiempo el que gira y no huimos en otra dirección que no es esta, porqué no quedamos petrificados en el primer beso frente a esos tejados azules, o ser palomas nunca con el viento en contra, siempre volando, con todo el universo y el reloj en nuestra mano? Bruma en la calle se arrastra blanca al ras del suelo observando por dónde pisamos, recordando juntos nuestros pies quizás debajo de alguna mesa.

Levantar la vista y ver una ciudad que no es esta, una vida que ya no es esta, dos corazones siameses de tanto amarse.

Ojalá pudiera morir ahora, crema y alcohol. Montmartrois, segunda puerta a la derecha si subes a pie


miércoles, 4 de junio de 2008




Hoy, una día más, caminé en tu espalda a hurtadillas para que nadie sospechara.

Puse empeño en cada paso no fuera que fuese el último y dejé recrearse a cada dedo de mi pie en cada roce, a cada asalto. Me di cuenta de que el ojalá con los deseos es lo único que sueño, que solo pido y que todo ofrezco, que lo mejor para escribir es un nudo en la garganta: el del recuerdo.

Te añoro si no te huelo, te pienso si ya te has ido.