
Hoy aspiré tu olor. Lo sentí atravesando mi cuerpo, mezclándose innegable como resina que cae del árbol, adormeciendo mis nervios y congelando una vez más de tantas el aliento.
Pensé que bien valia la pena el desmayo y hasta la dura muerte si permanecía perpetuo en mi pecho el olor de tus besos.
5 comentarios:
Saludo a este ardor mirífico, opiáceo.Me ha trasportado a su atmósfera.
Me llena de orgullo que este texto te haya transportado y transmitido sensaciones. En ello siempre consiste.
Que sensación tan primaria y evocadora, esta de los olores.
Un saludo.
que bien escriben tus dedos.
humildes felicitaciones
de mis dedos que tambien son escultores de la tinta.
A quién debo mis gracias? has de saber que no son los dedos los que escriben si no el alma con sinceros impulsos.
Saludos anónimo y bienvenido
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